La emoción que se vivió durante la Segunda Yincana Deportiva Trilce fue tanta que hasta la foto arriba de este párrafo sobresalta a uno al verlo, prueba irrefutable que los muchachos se descontrolaron en las barras, pero aún dentro de los límites de una competencia sana. Los lazos y recuerdos que este evento creó en los alumnos nos recuerdan lo que es realmente importante, el objetivo de guiar a un joven por cinco años: que no se arrepienta de haber sido alumno Trilce, que haya conseguido nuevos conocimientos y que haya encontrado su camino al salir, para ser la persona que quiere ser. Nota realizada por Jesús Ponce de León y Mariajose Valderrama.
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